El ser Judio

Quizás más que ninguna otra generación en nuestra historia, es la nuestra una generación que busca conscientemente un sentido. Apremia-dos ,r las preguntas que nos formulan nuestros jóvenes, nuestras preo-cupaciones se orientan cada vez más a la búsqueda de valores humanos, apartándose de la desenfrenada carrera por un mayor bienestar material y orientándose hacia la demanda de fines más elevados en nuestras vidas. En cierto sentido, muchos de nuestra generación han arribado a las mismas conclusiones a las que llegara el Rey Salomón en su notable y profundo escrito bíblico Kohelet (El Eclesiastés), dedicado directa-mente al sentimiento del hombre en su búsqueda de un sentido a su vida. También en nuestra época mucha gente ha llegado a la conclusión de que muchas cosas a las que se han visto sujetas, los valores materiales que hasta el presente habían tornado como parámetros de sps anhelos, el principio hedonista que de hecho había determinado cierta escala de valores en la vida, -todo era vanidad y apacentarse de viento— (Eclesias-tés 1,14). Al igual que Kohelet, la generación contemporánea ha estado descubriendo por sí misma que la felicidad del ser humano no la asegura solamente A comodidad material o el bienestar económico. Es cierto que éste último facilita a la gente estar mas cómoda ante sus necesi-dades físicas; incluso puede brindar ciertas formas para aliviar la vacie-dad espiritual o anestesiar el sufrimiento anímico. Pero muy poco valor tiene para curar alguno de esos males.